martes, 22 de julio de 2014

Dos malos tragos.

Me veo en la necesidad de escribir este breve post para explicar uno de mis últimos comentarios en las redes;

- Le dí dos tragos (involuntarios) al agua de los peces. Cuántos días de vida creéis que me quedan?

Aclaro:
 El otro día estaba limpiando el acuario. Mantener limpios y bonitos a esos pequeños resbaladizos no es tarea fácil y es un poco... asco asquete;
hay que limpiar los cacharritos donde se acumulan las algas; el termómetro, el calentador, a Bob Esponja, Arenita y Señor Plakton, la casita que parece un tronco, donde viven los fantasmas, y las plantitas y piedras de decoración.
Y el filtro!! esto es lo más cochino de todo. Cambiar el carbono, la esponjita...

Pero!!! también hay que limpiar la arena o piedrecitas del lecho, porque es donde poco a poco se van posando las cacas de pez, que no flotan y no aspira el filtro.
Antes, cuando era una aficionadilla del tres al cuarto, sacaba toooooda la arena y la iba pasando por un colador. Un tremendo tostón y si además se te va la mano, acabas con las bacterias buenas que los peces necesitan y te los cargas.

Ahora mi "kit profesional" consta de un aparato, que consiste en un tubo con un pequeño colador y una manguera.





Y!!! así llegamos al asunto. El artilugio en cuestión, funciona como cuando quieres robar gasolina al vecino. Metes el tubo entre las piedras y aspiras por la manguera hasta que esto empieza a succionar. Aspira la porquería que no pesa y la arena vuelve a posarse limpia en el fondo.

Así que, así amigas, aspirando por la manguerita mientras vigilaba para no aspirar ningún pez, acabé dando dos tragazos al agua más sucia de los peces. Puaj! puaj!
Por supuesto no me la tragué y me limpié los dientes y la lengua 15 veces. Dos veces...
Todavía no tengo síntomas. No me han salido branques ni aletas ni escamas, ni ronchas o un color extraño en la piel...

Y sí, limpiar a los pececillos es un rato largo de cochino trabajo cada 15 días, pero cuando terminas y esperas que el agua se regenere, te mueres de satisfacción al ver lo bonitos y brillantes que se ven las carpitas (Penélope, Cometa, Obesus, Doradito), las cebritas (Gene, Fred y Ginger), la monjita Sonrisas y el Sr. y la Sr. Fantasmas.

(quería adjuntaros un par de fotos aquí pero no he sido capaz... en facebook o instagram os enseñaré a mis chicos suavecitos :D)

Por tu culpa  Be!

Buenas noches sssshhhhhhhhhh!!

domingo, 20 de julio de 2014

PUNTITO CRÍTICO; Una reflexión del extranjero

Ayer a la que pasaba por el cuarto de estar a recoger algo de la cocina, mi estudiante holandesa Myrthe tuvo la necesidad de hablar conmigo.
Empezó a contarme que estaba leyendo en Factbook al novio de una chica que iba en el avión derribado. Enseguida a Myrhte se le quebró la voz y se echó a llorar sin consuelo, porque (me explicaba) no entendía cómo podían pasar esas cosas. Cómo una chica de su misma edad, que estudiaba también derecho y a la que, como a ella, le encantaba viajar y conocer gentes y lugares, podía acabar así tan de repente.
En fin... no tiene más. Le dí un pañuelo, un abrazo e intenté hacerle sentir mi pesar y mi común no entender.

Pero un rato después, viendo cómo le ha afectado a ella esta tragedia de su país, me ha hecho pensar en el mío. En “mi gente”.
Me ha hecho pensar en “cómo nos reíamos” o, como poco, “qué exagerados” nos parecían los estadounidenses ante el 11S.
- Uy! Otro programa “in memoriam”, uy! Otra canción que no ponen en la radio para que la gente no esté triste, uy! Más gente donando cosas, uy! Cuánta gente a favor de devolvérsela...
Os acordáis? Yo sí me acuerdo.

Recuerdo que también a mí me llamaba la atención la forma de empatizar de toda una nación. Recuerdo a los actores y actrices llorando, como si se les hubiese muerto su propio padre...
Así se sienten los holandeses ahora...

Y enlazando sentimientos... igual ahora me regañáis u os echáis todos encima por lo que voy a escribir, pero... enlazando sentimientos, pensaba que había algo de diferente entre ese sentir, ese pesar de mi estudiante holandesa y el sentir con el que nosotros, los españolitos de a pié (y ya ni te cuento los de vehículo oficial) aceptamos nuestras tragedias.
No sé... me dió la sensación de repente de que nosotros tenemos como... unas tragaderas más grandes, un asumir la fatalidad más liviano, un “qué le vamos ha hacer” en la boca. Una conformidad?

Puede que sea porque llevamos mucho más tiempo viviendo con la tragedia, con el terrorismo en casa, por ejemplo. Que nuestra historia esté marcada todavía por una guerra relativamente reciente... puede que estemos acostumbrados? acostumbrados a sufrir y reparar con más premura?

Sí sí, ya sé que en cada atentado, que en nuestro 11M o en cualquier tragedia, el pueblo español se echa a la calle, colabora como nadie, dona lo que no tiene... somos buena gente!

Pero no sé. No sé explicároslo... No sabría argumentaros en qué me baso para deciros que YO (porque esto es un pura reflexión personal) siento como si a algunos de fuera, a algunos privilegiados de fuera, la tragedia les pega más fuerte y o les queda más grande.

Será sin duda la falta de costumbre... mayores tragaderas (y esto debe ser una cuestión de supervivencia pura y dura...) tienen las madres en África o los países que viven sumidos en guerras desde nadie sabe cuánto tiempo...

Qué opináis?

Por tu culpa  Be!

Buenas noches sssshhhhhhhhhh!!