sábado, 25 de diciembre de 2010

Oh oh oh!!! MERRY CHRISTMAS!!!

Confieso que me gusta la navidad. Síííííí!!!!!

Lo sé, la Navidad es toda una fiesta de hipocresías, prisas, sentimientos falsos a veces y un consumo excesivo y desmesurado. Ok, para vosotras la perra gorda…

Pero… a Puntito le hace más feliz volverse un poco ingenua. Y ver las luces, los regalos, la gente de compras, Cortylandia, juntarse con esta familia raruna que tiene, celebrar con los amigos, pasar media tarde mandando sms y escribiendo una y otra vez Feliz Navidad en Facebook, comiendo como si no hubiese mañana, dar un achuchón muy fuerte a MªVecina y decirle cuanto la quiero antes de cenar aunque la vea al día siguiente o esa misma noche por la ventana, buscar regalos y regalos, aunque no tengo ni tiempo ni dinero!! El dinero ya aparecerá, pero los míos se merecen lo mejor, lo más bonito, la mejor sorpresa.

Y a los que me acompañan a lo largo del año; los amigos cercanos, los lejanos, los clientes, los compañeros, los repartidores, los tenderos del mercado, mi farmacéutica, mi médica, mi portera, Samy, la dueña del bar donde tomo mi tila, los chicos de Viena, mis veterinarias, los vecinos que paseaban perros a la vez que yo, los familiares lejanos, la gente nueva, mi psicóloga adorable… Me gusta tener un momento a lo largo del año en el que mostrarles mi aprecio. Navidad… una excusa como otra cualquiera.

Normalmente, ya sabéis, me gusta dedicar buena parte de mi tiempo a buscar una imagen y rellenar un montón de tarjetas, que a menudo llegan pasado Reyes…
Este año no hay tarjetas. No ha habido tiempo material!! No sé cómo ni porqué… así que valga este post y este vídeo tierno y precioso que me encantan (el contexto religioso... ejem... lo obviamos, sí?).

FELIZ NAVIDAD AMIGAS MÍAS, GRACIAS POR LEER Y POR ESTAR.




NENITO PRECIOSO… AYER 24. NO ME OLVIDÉ.
FELICIDADES Y TALAGUATA. ESTE PARA TÍ, QUE SÉ QUE TE GUSTA.



Por tu culpa Be!
Buenas noches sssshhhhhhhhhh!!

sábado, 27 de noviembre de 2010

"La experiencia Palace"

Resultó que un buen día de trabajo en mi querida, diminuta y entrañable tiendita. Después de media mañana con mi jefa, que sorprendentemente tenía un buen día… Resultó que en un momento dado me dice:
- Tengo que hablar contigo seriamente.
Duri duri duri duri…
Qué querría ahora!
Yo le pregunté. Qué habría hecho esta vez…
- Nada tonta es algo bueno tanto para ti como para mí
??????????????????????
Seguro que para mí no…
Indagué, porque la tía puñetera tenía intención de dejarme con la intriga hasta que le viniese la inspiración!
Finalmente señala los horarios y me dice:
- Esta semana y la siguiente estás en la tienda y luego ya no.
Sonó a algo así como; “y hasta aquí puedo leer”

El caso es que después de mucho insistir me dice que me trasladan a Palace.
Palace!
Palace! Esa tienda de infierno que vende más que ninguna otra! a la que nadie en su sano juicio (y apunto, porque hay unos cuantos sectarios que estarían encantados) querría ir a parar! la tienda de las tropecientas mil transacciones! de currar a muerte!

Tras casi dos semanas de incertidumbre y una mezcla entre tristeza, cabreo e impotencia, hablé con el jefe superior.
- No es algo definitivo ni mucho menos. Queremos que algunos supervisores viváis “la experiencia Palace”
Yo: cara de alivio y de “qué me estás contando? Experiencia qué?”…

En fin. El día D llegué a Palace. En mi bici y sin ninguna gana. Me recibió un Super bastante majo y un equipo bastante dispuesto. Me colocaron en B2 y reconozco que pasé un rato divertido intentando sacar quince bebidas por minuto y pronunciando los nombres aquellos.

Os explico lo de los nombres, porque tiene su gracia:
Cuando el cliente hace el pedido, le preguntamos su nombre para apuntarlo en la bebida. Palace tiene además el plus de que el 90% de los clientes son extranjeros, lo que complica más la operación.
Osease;
el cliente da el nombre al de caja.
el de caja entiende y canta, al que apunta, lo que buenamente puede.
y éste apunta lo que buenamente entiende, con su más o menos afortunada letra .
por último, el que sirve la bebida llama al cliente con su mejor voluntad, pero su peor acento e interpretando el garabato en cuestión.
De esta manera algo tan sencillo como Philliph, puede acabar escrito como Fealip y leido como Fepi..O Paul> Coll> Tom... Y esto los nombres sencillos... Imaginad en qué acaba un Verónica o Mendelson, o Rudford.
Es algo así como el teléphono escacharrado.
Por suerte (en Palace) es lo que tienen los turistas, que siempre son amables y se toman las cosas con el mejor humor y la mejor de las sonrisas.
- Me pregunto si los españoles, cuando estamos en el extranjero, es decir, somos turistas, derrochamos la misma comprensión y simpatía… (porque aquí, en la tierra patria, ya os digo yo que no)

Resumiendo, que esto se está alargando demasiado…
Deciros que, salvo por el Store, que se supone tenía que haberme enseñado y explicado alguna cosa y ni siquiera se molestó en cruzar cinco palabras conmigo, y salvo un par de Supervisores bastante poco “amables” y venidos a más (mejor lo dejamos aquí…), la “experiencia Palace” no estuvo mal.

Y conocí a cinco o seis personas muy muy interesantes.
Dos, que me hicieron sentir inmediatamente del equipo y compartieron conmigo confidencias, historias y risas.
Otra que cumplía años y trajo las galletas más deliciosas que he probado, de esas personas que te hacen notar el aprecio.
Un chico muy guapo! y mucho más agradable y tranquilo de pelo rizado y oscuro.
Una brasileña que tenía “el reloj biológico del pis” sincronizado al mismo son que el mío ;)!
Y una con la que pasé pocos ratos pero intensos, de esos de conexión especial. Me dejó una bolsa de chuches sorpresa en mi bolsa en mi último día… y que sigo esperando me busque!

Gracias a ellos la “experiencia” estuvo bien.
Y la “experiencia” no fue para tanto.
Como todas las tiendas se salta sus estándares y trabaja a su manera.
Es más, aprendí que una tienda así es mucho más fácil de llevar que una pequeña como la mía. Que allí sale todo rodado y te respalda un gran equipo. Las tiendas pequeñas nos buscamos las castañas y el equipo somos dos mal gatos avenidos.

El mito Palace ha caido.

Ahora, de vuelta a la pequeña tiendita. Y Puntito feliz con sus clientes de todos los días, sus compañeros amigos y su orden y desorden conocidos.
No olvidéis visitarme!

Por tu culpa Be!
Buenas noches sssshhhhhhhhhh!!

miércoles, 13 de octubre de 2010

Podéis llamarme Hormiga

El otro día mi madre quedó con una vieja amiga. Ella era compañera de trabajo de mi padre por "aquellos entonces", y nos conocimos en Mátalas cañas (Huelva) en las vacaciones que Banesto organizaba (a precio de empleado) en el hotel El Rocío. (lo recuerdo como si fuese hoy...)
Ella iba con su marido y sus dos hijas (una de la edad de mi hermana) y nosotros, también, matrimonio e hijas. Así, no sé de qué manera se hicieron o nos hicimos amigos íntimos. Os cuento todo esto, porque el otro día, me hizo mucha ilusión el reencuentro. Y recordé con mucho cariño esos años de infancia (de infancia de la pequeña, de la de los ocho o nueve añitos cuando vives "feliz" en el desconocimiento...).
Al despedirse me dijo; -estás muy guapa hormiga, nos vemos...
y de repente recordé ese apodo mío!!ese que llevé durante esos veranos y el resto de años que quedamos de comilonas y meriendas con ellos!!YO ERA LA HORMIGA ATÓMICA!!! ...resultó que uno de esos veranos, yo tenía una de esas pelotas lisa azul oscuro que, recuerdo!, regalaban con la revista de Barrio Sésamo, alguien se acuerda?... el caso es que estando en una plaza jugando al futbol, la pelota se pincho y se desinfló del todo. Sabéis cómo queda una pelota deshinchada, verdad? metida hacia adentro, cóncava, me seguís?y a mí, no se me ocurrió otra cosa, que ponerle una ramita en el agujero de inflado y plantármela de sombrero. Creo que me pasé medio veraneo playero con la pelota en la cabeza....y así el marido de esta amiga acabó llamándome hormiga. Desde entonces y hasta ahora, él por sus ronquidos es "el tigre" y yo "hormiga". Así que con gran orgullo os digo que además de Punto de luz, podéis llamarme hormiga. Hormiga atómica. Por tu culpa Be!Buenas noches sssshhhhhhhhhh!!

miércoles, 28 de julio de 2010

De mi cadena genética 1ª parte...

- Hola, me llamo Punto de luz y sufro Monica Gellerismo.

El otro día me pasó algo que me ha hecho darme cuenta de hasta qué punto, esto mío es, como dice mi amiga Be, T.O.C o trastorno obsesivo compulsivo.

No es algo nuevo. Esto es definitivamente un “gen”. Mi gen Monico Geller maniático y ordenado. Algo con lo que vengo luchando desde que se manifestó? algo que siempre ha estado ahí?…

Hace ya unos años, una tarde, miré el reloj y caí en la cuenta de que llevaba más de media tarde liada guardando la ropa limpia.
Me dí cuenta primero, de que a mis cuerdas de tender se les podría hacer un retrato y considerarlo arte, por la perfección en su ejecución; toda la ropa estirada. Colocada por orden, de manera que lo menos pesado quede en el centro y las cuerdas se den de sí lo menos posible. Todos los calcetines emparejados y mirando al mismo lado. Las pinzas de colores en concordancia con las prendas… si existiese esta categoría en las olimpiadas me llevaría el oro indiscutiblemente!
Después miré el interior de mi armario y los cajones.
Houston!! Tenemos un problema!!
Qué grado de perfección!!
De repente me vinieron a la cabeza el esposo loco de Julia Roberts en "Durmiendo con su enemigo"! Y Jack Nicolson en "Mejor Imposible"! Y Dustin Hoffman en "Rain Man"!
Socorrooooooooo!!!
Recordé también los armarios de mi madre y a su amiga Marisa diciéndole
- Hay que ver Mili qué envidia! Si es que parece blancolor!...
Recordé a mi madre quitando compulsivamente las miguitas de pan de la mesa y cuadrándo a la perfección el mantél. (yo también lo hago).

Y es que así de primeras, estas cosas del orden y la perfección no son algo malo, pero sí la cantidad de tiempo perdido y el rollo obsesivo que conlleva...

Desde aquella tarde, dedico muchísimo menos tiempo a doblar las camisetas, no doblo la ropa interior (bueno… solo a veces), intento que mis libros se coloquen a su antojo en mis estanterías…
Pero lo reconozco… no puedo evitar que me perturbe. Ahora cojo las camisetas y cierro el cajón rápidamente para no sufrir!

Desde hace unos meses salgo con una chica. Bueno, más que salir entramos… porque yo soy una persona muy casera y ella parece encontrarse a gusto entre mis cosas, mis animales y nuestros pelos y manías.
Apenas tardó una semana en percatarse de “mi locura” y así me dijo una tarde:
- Para ya Mónica!
Y al día siguiente me enlazó este video en Factbook…

http://www.youtube.com/watch?v=BUMS-4lpOk4&feature=related

El algo… venga va, os lo cuento…
Fue al principio de salir con ella.
Otra buena tarde en que llegamos a casa. Y empezamos a darnos besos en la cocina y seguimos dándonos besos por el pasillo y hacia el dormitorio… así llegamos se sentó en la cama y yo le quité la camiseta… y seguimos besándonos… cuando ella de pronto me separa, se me queda mirando y me pregunta:
- Estás doblando la camiseta?
- No?
SÍ!!! ESTABA DOBLANDO LA CAMISETA POR DETRÁS DE SU ESPALDA!!! TOC, TOC, TOC!!!

Para los que dudéis de que esto sea un gen raruno, esperad a que os hable de mi sobrina de dos años y su obsesión por que todo esté ordenado y todo suceda en el lugar correcto. Por ejemplo, si la canción de "Érase una vez la tierra" se escucha en el coche, no intentes ponérsela en casa, porque acabará llorando diciéndote que no, que ese no es el momento o el lugar. Y los zapatos se ponen en fila uno pegadito al lado del otro y cuadrados con la pared o el borde de la alfombra. Todo cuadradito! Y Ms. y Mr. Potato y Potato Junior tienen que quedar recogidos desmontados y guardados en su cubo. Y el cubo encima de la mesa, aunque tengan que esperar la merienda, papá con el coche o Abi con bolso y todo preparada en la puerta. Ay dioses míos!!! Y solo con dos añitos…

Mi chica también me llama Marvin (por el padre de Nemo)….(habrá post al respecto)
Y en alguna ocasión me ha llamado Sheldom (The big Bang theory)… Lo peor de todo… que tiene razón!!!

Así que guardarme el secreto y cuando me veáis hacer cosas raras, o rehacer la cama después de que la hayáis hecho vosotras…
Recordar! Estoy enferma! No puedo evitarlo!
Es otra de mis encantadoras rarezas…

Y las vuestras?

Por tu culpa Be!
Buenas noches sssshhhhhhhhhh!!

domingo, 14 de marzo de 2010

Tarrinas de mantequilla

“Hatari”. Es una película genial de Howard Hawks, con música de Henri Mancini y protagonizada por un John Wayne en una de sus facetas, a mi parecer, más “tiernas”.
Sé que algunas la conoceréis. Y me temo que muchas no, porque no veis cine “antiguo”!!! cómo puede ser???...

Pues bien me remito a esta película porque hoy quiero hablaros de bolsillos. Ya sabéis por dónde voy, verdad? (las que habéis visto Hatari)

Confieso, hoy aquí, que soy fan, mega fan de los bolsillos. Grandes, pequeños y por todas partes.

Una prenda sin bolsillos tiene menos posibilidades de acabar en mi armario que una con.
Me encantan los muebles con bolsillos. Tuve una cama que los tenía.
Y mi madre, cuando éramos pequeñas, nos compró un bolsillo enorme de Hello Kitty, que se colgaba en la pared, para meter la ropa sucia.
Ahora mismo tengo enfrente unos bolsillos importantes. Estos más pequeños, son tres, uno debajo del otro, hechos con tela de saco y cada uno con una palabra; facturas, correo y varios. No son especialmente bonitos, pero eran de mi tito Juan y por eso son tan importantes.
Sé que los pantalones con muchos bolsillos hacen más gorda y son incluso horteras, pero he tenido unos cuantos.
Y confieso (esto si me da un poco más de vergüenza) que usé riñoneras y era felíz! y... que tengo uno de esos chalecos, igualito al Pocket (Pocket es un tío super majete que captura jirafas y rinocerontes con John Wayne. Es su mano derecha a pesar de que éste le levante la chica…) que usaba en los campamentos. Sí, tenía bolsillos de todos los tamaños! Incluso uno grande en la espalda donde cabían un cuaderno o una carpeta tamaño cuartilla. Durante un mes, podía llevar encima una papelería, un neceser, una ludotecas, un kid de supervivencia, comida, medicinas aguja e hilo el dinero los documentos… y dos mil chismes más que siempre acababa necesitando alguien.

Espero con entusiasmo el día en que me llegue el grupo de Facebook de fans de bolsillos. No seré la única!...

El otro día al cambiar de abrigo, caí en la cuenta de que hay un elemento común y curioso en muchos de mis bolsillos. Tarrinas de mantequilla.
- tiene una explicación! Tener fe!

Me gusta desayunar fuera de casa. Es uno de mis pocos vicios. Y el lugar más habitual suele ser Viena Capellanes. Está bien de precio, el café es pasable y las barritas y tostadas las mejores.
Las mejores porque antes de ponerlas en la plancha las empapan de mantequilla y quedan doraditas y jugosas. Peeeero… ay! Amigas! La mantequilla engoooorda una barbaridad! Así que yo me auto engaño, y me siento menos pecadora no añadiendo la tarrina que te adjuntan en el plato.
Antes, la devolvía sin más. Pero también vivo sola. O casi. O a veces. Y hay alimentos de primera- segunda necesidad (huevos, leche...) que no compro porque acaban caducando casi enteros. La mantequilla. Pero:
¿y cuando quieres hacer puré de patatas?
¿O untar una bandeja para que no se pegue algo?
¿o tienes que envolver una pastilla para que se la coman los gatitos?
¿o viene alguna amiga a casa y te pide mantequilla para el pan?
Aquí está la solución.
Las tarrinas mantequilla de las barritas y tostadas que me como en Viena, acaban en mis bolsillos - destino a mi nevera. Pero el despiste hace que entre un lugar y otro, las pobres tarrinitas pasen días, semanas o meses en mis bolsillos.
- hale! Misterio resuelto!

Hoy os hago participar:
¿QUÉ COSA CURIOSA SOLÉIS LLEVAR EN LOS BOLSILLOS?

Sé que Santiago Carrillo lleva siempre clips en sus bolsillos. Los usa a modo de amuleto.
Sé que Emilio Aragón lleva bolitas diminutas que le gusta redondear cuando piensa.
Y vosotras? Qué me contáis de los bolsillos? A favor? En contra?

Y ver la película…

Por tu culpa Be!
Buenas noches sssshhhhhhhhhh!!

lunes, 22 de febrero de 2010

Cinta de carrocero X

Definición casera de “CINTA DE CARROCERO”:
Dícese del rollo de cinta adhesiva de color amarillo feo y tacto… como de papel, que habitualmente usamos para proteger y delimitar marcos, interruptores y demás chismes del hogar cuando nos disponemos a pintar.

Sí? Ya sabéis de qué cosa estoy hablando?

Pues bien, como sabéis, convivo con tres gatos peludos. Y a pesar de mis advertencias e incluso amenazas y prohibiciones, ellas, a menudo, se presentan en casa con sus preciosos trapitos NEGROS!!!

Consecuencias:
- Cuando no hay mucha confianza; yo me veo, derepente sumida en un gran slalom de acomodamiento casero, quitando los cubre sofás, los cojines, pasando la barredora a la alfombra en lo que tardan en subir por la escalera, e intentando contener los deseos de frotamiento extremo de Ruri. Resultado: 30 a 40% de pelusidad.
- Cuando la confianza es intermedia… bueno, puede sucederse esto anterior, dependiendo del grado de gusto animal y alergias de la invitada. O que ambas (invitada y yo) hagamos la vista gorda a esa sobre capa peluda que se lleva de regalo… Pelusidad del 90 al 100%.
- Pero!! Y he aquí la explicación de la X de mi cinta de carrocero…
Resulta que cuando hay confianza y a la invitada en cuestión le queda un largo día por delante todavía sin pasar por casa, yo ofrezco mis rodillos quita pelos y mi cinta.
Los rodillos quita pelos… no son muy efectivos para qué nos vamos a engañar… pero la cinta, si se sabe usar, es rápida y cien por cien efectiva.
Pero además, el rollo de pasar la cinta se convirtió en dos ocasiones en todo un festival erótico que yo no acabo de explicarme.
La primera vez sucedió en un sitio semi-público (estábamos solas en un aula) así que la cosa no pasó de… bueno, de lo que sea que os queráis imaginar.
La segunda vez en casa… imaginar, no os cortéis...
Pelusidad variable.

El otro día estuve con una amiga viendo una peli, cenando y cotorreando hasta las tantas. Y ella acarició, amasó y se refrotó con Ruri todo o más. Y adivináis, no? Iba completamente de negro.
- Luego si quieres te paso la cinta… (yo)
- Vale… (ella)
- Pero no me hago responsable de lo que pueda pasar después (yo bromeo)
- Jajajaja, por?
Le conté esto mismo “cinta de carrocero X” y me dijo
- eso tengo que probarlo yo!

Misteriosamente no funcionó O_O
No sé si es que yo no estuve inspirada, si es que ella es más grande que yo y esto dificultó la acción o que
- Jo Be! Es que no jugamos en el “mismo equipo”! o me quieres poco! o mucho! o… ya te pillaré con la guardia baja, ya…

Así que chicas cuidadito cuando alguien os quiera “pasar la cinta” las consecuencias son imprevisibles… Ñiiiiiiiiiiiiiiiii

Por tu culpa Be!
Buenas noches sssshhhhhhhhhh!!

jueves, 4 de febrero de 2010

De doctoras.

De un tiempo, largo ya, a esta parte, no me siento muy allá…
Así que el otro día fuí a ver a mi médica.
Esto a pesar de mi conocida fobia a los médico:
- Al médico no sé va si no es imprescindibilísimo.
Me lo habréis oído decir mil veces. Que soy de las que piensa que en cuanto vayas te encuentran algo fijo.

Yo pasé aproximadamente siete años sin pisar una consulta. Primero por mi frase. Y segundo porque no sé de qué manera me quedé siendo un número inexistente en la SS (seguridad social, no asustarse…). Trabajé como autónoma tres meses y me dieron de baja en el seguro de papá. Y cuando dejé de trabajar me dieron de baja también en la SS. Y esa era yo. En un país que ofrece sanidad gratuita para todos, menos para mí.
Yo, animosa, intenté resolverlo en un par de ocasiones aunque solo fuese porque el Clamoxyl (para las anguinas) saliese un poquito más barato. Pero ya sabéis la burocracia y el sistema de “funcionarios”; funcionar os digo que no funcionan muy bien. "Vuelva usted mañana"

En fín, ahora sí tengo médico. Y hospital. Me toca la Jiménez Díaz. Horror!!! Ese hospital que, al igual que su vecino Clínico, lleva algo así como veinte años de obras? Pero bueno, de momento no tengo intención de instalarme por mucho más de… unas muchas horas en las salas de espera.

Volviendo a mi pochez (te robo la expresión Be), esta semana fui a mi doctora a contarle que esta “tontería” de agobios y estrés no se me pasa. Y que de un tiempo a esta parte estoy cansada, cansada y cansada. Y con dolor de cabeza y atontamiento. Igual si duermo mucho, como si duermo poco. Me siento raruna raruna y con miedo a que me dé un chungo en cualquier momento.
La doctora me mandó unos análisis. Y sinceramente, el otro día iba con “la esperanza” de que me dijese que sí, que tenía el potasio alto o la bilirrubina baja o los glóbulos mezclados. Pero nada. Mi cuerpo serrano está, eso, serrano. Yo la insistí;
- Pero de verdad que está todo bien?
- De verdad, si te he mandado hasta pruebas de tiroides. Estás sana como una lechuga.
- Pero es que yo me encuentro mal!!!
- Es estrés.
- Pero si ya estoy más animada y las cosa van bien…
La pobre al ver mi insistencia y o desesperación me pesó, me midió, me tomó la tensión…
- un poquito alta. Estás nerviosa?
- Mmm… pues no sé, no?
Nos volvimos a sentar y me hizo un cuestionario tal que así;
- Comes bien?
- Más o menos, sí.
- Fumas?
- No.
- Bebes?
- Tampoco.
- Relaciones sexuales?
- … últimamente… tampoco
Creo que a estas alturas la mujer debía estar pensando que era una sosaina aburridísima.
- Deporte?
- Moderado. Bici a veces, no cojo ascensores (subo y bajo unos diez pisos todos los días), y camino mucho. (caminante no hay camino...)
- Coca cola?
- No.
- Café?
- El del desayuno que nunca me termino…
- Situaciones de estrés? De tristeza? Etc.
- Últimamente no.
A medida que preguntaba iba cambiando su cara de doctora seria y un poquito borde así de entrada, por una sospechosa cara de ternura.
Me preguntó unas cuantas cosillas más y en un momento dado mientras escribe en su teclado y con una sonrisita murmura;
- qué mona…
Y qué queréis que os diga! Seré muy mona, pero!
Oiga, tómeme en serio!

Pobrecita mía. No me entendáis mal. Me consta que la buena mujer me toma en serio y hasta me aprecia. Y tiene una paciencia infinita conmigo… que me tubo allí casi veinticico minutos! (recordar que hablo de un médico de cabecera de la SS)
Y no se ríe de mí y mis “cosas”, mis eczema por chupones de gato, mis paranoias ginecológicas, mis preguntas sobre inseminación artificial, mis bajas por golpes misteriosos que no recuerdo en la mano…

Os cuento lo de “qué mona” porque tuvo su gracia, y es cuanto menos curioso, no?

Concluyendo; nada de café y dos tisanas (mínimo) al día. Y el mes que viene le cuento.
Y os cuento…

Ayer fui también a graduarme la vista. Y nada de nada. Tengo exactamente las mismas poquitas dioptrías que hace siete años, eso sí el oculista me recomendó usar las gafas… Lo puse en práctica nada más llegar a casa.
También he vuelto a dormir en mi cama, por si es una cosa de posturas…

Así que espero irme encontrando mejor.
Porque os confesaré que ya me da tanta tontería que me da por pensar en que quizás debería haberme hecho aquel tac que me mandó el otorríno para descartar no sé que cosa. Yo no me lo hice por pánico a que me encontrasen “algo”…
- lo sé, no tengo remedio… pero tranquilos que esto fué hace tres o cuatro años y de haber tenido algo, creo que ya lo sabríamos...

Cuidaros lectoras mías que os necesito a todas por aquí. Y por allí! Y recordar, que al médico, lo justo y necesario.

Por tu culpa Be!
Buenas noches sssshhhhhhhhhh!!

sábado, 23 de enero de 2010

La chica que me atropelló.

Disculpar la tardanza lectoras de Puntito.
Ya estoy aquí!
Aviso que no ando cien por cien inspirada, pero como no me obligue un poco…

Hoy volviendo a casa he recordado esta historia, que podría catalogarse de arrebato?… algo así, no?


Pasó hace unos mil años. En aquella otra vida mía. Así que tendré que inventarme los detalles…

Volvía de pasar la mañana con él. Ella estaba castigada, en su casa- infierno, y esto hizo que él y yo pasásemos unas horas agotadoras de incertidumbre y mal ambiente.
Este fue uno de esos días en los que él y yo discutíamos y discutíamos, y nos hacíamos daño y nos amábamos, y nos odiábamos y nos queríamos, y en cinco horas cortábamos y volvíamos a reconciliarnos quince veces…

Fue por esta razón que yo, extremadamente prudente por naturaleza, cruzase ese día, cuando el muñequito se puso verde, sin mirar.
Y fue justo, ese, el día en que una chica en su moto se saltaba el disco.
CATAPUM!! Acabamos las dos en el suelo.
- estás bien?! me dijo llorando
- sí sí… yo lloraba también.

Resultó que ambas llorábamos ya antes del golpe.
Retiramos la moto de la calzada y nos sentamos un rato en el bordillo sin decirnos nada.
Y después, supongo que algo hablamos. Y no me preguntéis cómo ni porqué acabamos subidas en su moto camino del aeropuerto.
Estuvimos allí horas; caminando por la terminal, sentadas en las butacas, jugando en las cintas transportadoras, cenando un plato combinado en la cafetería y charlando y charlando hasta las tantas de la madrugada.
Me dejó en la misma esquina en que nos habíamos encontrado. Y cuando marchó me dí cuenta de que siquiera le había preguntado su nombre…

Sí sí, estas cosas raras que no pasan, pero que sí, que a mí me pasan a menudo no sé si porque las provoco o porque surgen así…

Lo más raro, curioso o increíble pero absolutamente mágico de toda la historia es que, año y medio después, yo tuve otro “día de mierda”. Y cogí el autobús en Colón. Y me fui ha “hacer terapia” al aeropuerto. Y al poco de entrar, alguien me pone la mano en el hombro. Ella!
Me cuenta que desde “aquel” día, cuando se encuentra mal, vuelve al aeropuerto… y pasamos otra tarde- noche juntas...

Esta vez sí le pregunté su nombre.

Sí lectoras mías… estas cosas pasan. Contarme vuestras experiencias…

Próximamente post gatuno, creo…

Por tu culpa Be!
Buenas noches sssshhhhhhhhhh!!