Resultó que un buen día de trabajo en mi querida, diminuta y entrañable tiendita. Después de media mañana con mi jefa, que sorprendentemente tenía un buen día… Resultó que en un momento dado me dice:
- Tengo que hablar contigo seriamente.
Duri duri duri duri…
Qué querría ahora!
Yo le pregunté. Qué habría hecho esta vez…
- Nada tonta es algo bueno tanto para ti como para mí
??????????????????????
Seguro que para mí no…
Indagué, porque la tía puñetera tenía intención de dejarme con la intriga hasta que le viniese la inspiración!
Finalmente señala los horarios y me dice:
- Esta semana y la siguiente estás en la tienda y luego ya no.
Sonó a algo así como; “y hasta aquí puedo leer”
El caso es que después de mucho insistir me dice que me trasladan a Palace.
Palace!
Palace! Esa tienda de infierno que vende más que ninguna otra! a la que nadie en su sano juicio (y apunto, porque hay unos cuantos sectarios que estarían encantados) querría ir a parar! la tienda de las tropecientas mil transacciones! de currar a muerte!
Tras casi dos semanas de incertidumbre y una mezcla entre tristeza, cabreo e impotencia, hablé con el jefe superior.
- No es algo definitivo ni mucho menos. Queremos que algunos supervisores viváis “la experiencia Palace”
Yo: cara de alivio y de “qué me estás contando? Experiencia qué?”…
En fin. El día D llegué a Palace. En mi bici y sin ninguna gana. Me recibió un Super bastante majo y un equipo bastante dispuesto. Me colocaron en B2 y reconozco que pasé un rato divertido intentando sacar quince bebidas por minuto y pronunciando los nombres aquellos.
Os explico lo de los nombres, porque tiene su gracia:
Cuando el cliente hace el pedido, le preguntamos su nombre para apuntarlo en la bebida. Palace tiene además el plus de que el 90% de los clientes son extranjeros, lo que complica más la operación.
Osease;
el cliente da el nombre al de caja.
el de caja entiende y canta, al que apunta, lo que buenamente puede.
y éste apunta lo que buenamente entiende, con su más o menos afortunada letra .
por último, el que sirve la bebida llama al cliente con su mejor voluntad, pero su peor acento e interpretando el garabato en cuestión.
De esta manera algo tan sencillo como Philliph, puede acabar escrito como Fealip y leido como Fepi..O Paul> Coll> Tom... Y esto los nombres sencillos... Imaginad en qué acaba un Verónica o Mendelson, o Rudford.
Es algo así como el teléphono escacharrado.
Por suerte (en Palace) es lo que tienen los turistas, que siempre son amables y se toman las cosas con el mejor humor y la mejor de las sonrisas.
- Me pregunto si los españoles, cuando estamos en el extranjero, es decir, somos turistas, derrochamos la misma comprensión y simpatía… (porque aquí, en la tierra patria, ya os digo yo que no)
Resumiendo, que esto se está alargando demasiado…
Deciros que, salvo por el Store, que se supone tenía que haberme enseñado y explicado alguna cosa y ni siquiera se molestó en cruzar cinco palabras conmigo, y salvo un par de Supervisores bastante poco “amables” y venidos a más (mejor lo dejamos aquí…), la “experiencia Palace” no estuvo mal.
Y conocí a cinco o seis personas muy muy interesantes.
Dos, que me hicieron sentir inmediatamente del equipo y compartieron conmigo confidencias, historias y risas.
Otra que cumplía años y trajo las galletas más deliciosas que he probado, de esas personas que te hacen notar el aprecio.
Un chico muy guapo! y mucho más agradable y tranquilo de pelo rizado y oscuro.
Una brasileña que tenía “el reloj biológico del pis” sincronizado al mismo son que el mío ;)!
Y una con la que pasé pocos ratos pero intensos, de esos de conexión especial. Me dejó una bolsa de chuches sorpresa en mi bolsa en mi último día… y que sigo esperando me busque!
Gracias a ellos la “experiencia” estuvo bien.
Y la “experiencia” no fue para tanto.
Como todas las tiendas se salta sus estándares y trabaja a su manera.
Es más, aprendí que una tienda así es mucho más fácil de llevar que una pequeña como la mía. Que allí sale todo rodado y te respalda un gran equipo. Las tiendas pequeñas nos buscamos las castañas y el equipo somos dos mal gatos avenidos.
El mito Palace ha caido.
Ahora, de vuelta a la pequeña tiendita. Y Puntito feliz con sus clientes de todos los días, sus compañeros amigos y su orden y desorden conocidos.
No olvidéis visitarme!
Por tu culpa Be!
Buenas noches sssshhhhhhhhhh!!
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3 comentarios:
Qué curioso, parece la diferencia entre gran y pequeña empresa...espero que pueda visitarte más pronto que tarde!! besos a ti y a Vann!! :)
Iría a visitarte, pero no sé ni dónde estás xD
Me alegro de que todo saliese bien :D
toda una experiencia!↲
;-)
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