domingo, 20 de julio de 2014

PUNTITO CRÍTICO; Una reflexión del extranjero

Ayer a la que pasaba por el cuarto de estar a recoger algo de la cocina, mi estudiante holandesa Myrthe tuvo la necesidad de hablar conmigo.
Empezó a contarme que estaba leyendo en Factbook al novio de una chica que iba en el avión derribado. Enseguida a Myrhte se le quebró la voz y se echó a llorar sin consuelo, porque (me explicaba) no entendía cómo podían pasar esas cosas. Cómo una chica de su misma edad, que estudiaba también derecho y a la que, como a ella, le encantaba viajar y conocer gentes y lugares, podía acabar así tan de repente.
En fin... no tiene más. Le dí un pañuelo, un abrazo e intenté hacerle sentir mi pesar y mi común no entender.

Pero un rato después, viendo cómo le ha afectado a ella esta tragedia de su país, me ha hecho pensar en el mío. En “mi gente”.
Me ha hecho pensar en “cómo nos reíamos” o, como poco, “qué exagerados” nos parecían los estadounidenses ante el 11S.
- Uy! Otro programa “in memoriam”, uy! Otra canción que no ponen en la radio para que la gente no esté triste, uy! Más gente donando cosas, uy! Cuánta gente a favor de devolvérsela...
Os acordáis? Yo sí me acuerdo.

Recuerdo que también a mí me llamaba la atención la forma de empatizar de toda una nación. Recuerdo a los actores y actrices llorando, como si se les hubiese muerto su propio padre...
Así se sienten los holandeses ahora...

Y enlazando sentimientos... igual ahora me regañáis u os echáis todos encima por lo que voy a escribir, pero... enlazando sentimientos, pensaba que había algo de diferente entre ese sentir, ese pesar de mi estudiante holandesa y el sentir con el que nosotros, los españolitos de a pié (y ya ni te cuento los de vehículo oficial) aceptamos nuestras tragedias.
No sé... me dió la sensación de repente de que nosotros tenemos como... unas tragaderas más grandes, un asumir la fatalidad más liviano, un “qué le vamos ha hacer” en la boca. Una conformidad?

Puede que sea porque llevamos mucho más tiempo viviendo con la tragedia, con el terrorismo en casa, por ejemplo. Que nuestra historia esté marcada todavía por una guerra relativamente reciente... puede que estemos acostumbrados? acostumbrados a sufrir y reparar con más premura?

Sí sí, ya sé que en cada atentado, que en nuestro 11M o en cualquier tragedia, el pueblo español se echa a la calle, colabora como nadie, dona lo que no tiene... somos buena gente!

Pero no sé. No sé explicároslo... No sabría argumentaros en qué me baso para deciros que YO (porque esto es un pura reflexión personal) siento como si a algunos de fuera, a algunos privilegiados de fuera, la tragedia les pega más fuerte y o les queda más grande.

Será sin duda la falta de costumbre... mayores tragaderas (y esto debe ser una cuestión de supervivencia pura y dura...) tienen las madres en África o los países que viven sumidos en guerras desde nadie sabe cuánto tiempo...

Qué opináis?

Por tu culpa  Be!

Buenas noches sssshhhhhhhhhh!!

No hay comentarios: