jueves, 29 de octubre de 2009

UNA HISTORIA DESORDENADA: Parte de la historia

“El día que perdimos los sentidos”

Habíamos quedado en el descansillo de la buhardilla de vuestra casa, como muchas tardes, hacia las cinco.
Yo había cogido ya el horario del cartero y aprovechaba el momento en que le abrían la puerta para colarme en el portal sin tener que llamar a vuestras casas.
Subía casi siempre corriendo. Los cinco pisos. Ansiosa por que estuvieseis ahí. Por comprobar que estabais bien, o que al menos, estabais. Odiaba llegar la primera y pasar los pocos minutos de incertidumbre hasta que llegaseis. ¿Llegaríais?. Era una duda razonable teniendo en cuenta vuestras circunstancias de cada día. Pero bueno, llegabais y yo respiraba. Los tres respirábamos, creo. Porque ese era el mejor momento del día. Ese momento en que cada uno podíamos sentirnos arropados y protegidos por los otros y a la vez, sentirnos necesariamente responsables y cuidadores.
Por suerte para mí ese día, cuando llegué ya estabais; los dos, en silencio, sentados el uno junto al otro. Os besé y me senté entre medias.
Ahora visto desde lejos, parece claro que ese era mi sitio, entre medias de los dos.

martes, 20 de octubre de 2009

Yo escribo

Como todavía no me he parado en firme a escribir algo medianamente decente con que entreteneros...
( Sí, sí... tengo temas pendientes; veterinaria, gatos, perrunos y otras historias más...)
... hoy os escribo una cosa que leí en el teletexto de telemadrid hace mil años cuando tenían una sección de cuentos y relatos. No sé ni quién lo escribe, pero creo que es una buena explicación de porqué tener un blog. Ahí va;

YO ESCRIBO

Yo escribo, escribo como se respira, como se podría cantar, a plena voz, cantos de libertad, de esperanza, los ojos alzados al cielo para alcanzarlo mejor, la esperanza.
Yo escribo como podría tocar música, los ojos cerrados a la tristeza, sola en el mundo, sola en un escenario delante de una sala vacía, nadie para escuchar, para oír. La nada.
Yo escribo como podría esculpir la rabia en el corazón, los dedos magullados, helados. Solitaria, distraída, incomprendida. En mi cuarto hostil, abierto a todos los vientos. La decadencia.
Yo escribo como podría pintar, cuando uno ya no puede verse ni en pintura y se vuelca sobre la tela inmaculada. El alma desesperada, el cuerpo holgado. Manchas llamativas, grotescas que se desparraman exageradamente. Fealdad miseria de la humanidad, es el arte que se asesina, yo escribo para existir.

viernes, 16 de octubre de 2009

Ahora sí soy yo.

Y para empezar, dedicaré unas líneas a Miss Be por ser la culpable de “lo que pueda pasar” ;)

Hace cosa de año y medio ya, gracias a esta “cosa” que es Facebook (“cosa” con la que tengo un dilema socio moral que ya compartiré cuando haya más confianza), encontré a mis viejas compañeras del cole de monjas. Be es una de ellas.
No recuerdo que en el cole fuésemos super íntimas. Recuerdo juntarme con ella a ratos, y pensar que era un poco rara en otros;
- soy pacifista!
Me parece estar oyéndola; delgaducha y alta (como casi todo aquel curso!! - Qué desayunabais chicas?), con su pelo largo en coleta y sus grandes gafas.

Ahora nos volvemos a encontrar. Y algo funciona. Tan amiguinas y tan apoyándonos y ¿queriéndonos? Sí, no? Y nos juntamos y algo me impulsa a contarle mis cosas más “cosas”, y ella ahí aguantando el tirón… e intentando parchear a este trauma con patas que le ha caído en suerte. So, thank you little.

Aquí te espero con más queso y postres.

Socorrooooooooooooo!

Esta pesada no se va, y yo mañana me voy a quedar frita encima de los...


Socorroooooooo!!!

Mi primer post chispas

Be me ha obligado a abrir este blog, a titular así la primera entrada y encima el texto también lo ha escrito ella. Pero como soy daltónica y la he mareado cambiando de color mil veces y diciendo cosas como...

-¡Más verde! Esto... "más verde" no significa "más oscuro", significa "más verde".

...pues Be puede escribir posts y venir a casa a comerse mi queso cuando quiera.