jueves, 4 de febrero de 2010

De doctoras.

De un tiempo, largo ya, a esta parte, no me siento muy allá…
Así que el otro día fuí a ver a mi médica.
Esto a pesar de mi conocida fobia a los médico:
- Al médico no sé va si no es imprescindibilísimo.
Me lo habréis oído decir mil veces. Que soy de las que piensa que en cuanto vayas te encuentran algo fijo.

Yo pasé aproximadamente siete años sin pisar una consulta. Primero por mi frase. Y segundo porque no sé de qué manera me quedé siendo un número inexistente en la SS (seguridad social, no asustarse…). Trabajé como autónoma tres meses y me dieron de baja en el seguro de papá. Y cuando dejé de trabajar me dieron de baja también en la SS. Y esa era yo. En un país que ofrece sanidad gratuita para todos, menos para mí.
Yo, animosa, intenté resolverlo en un par de ocasiones aunque solo fuese porque el Clamoxyl (para las anguinas) saliese un poquito más barato. Pero ya sabéis la burocracia y el sistema de “funcionarios”; funcionar os digo que no funcionan muy bien. "Vuelva usted mañana"

En fín, ahora sí tengo médico. Y hospital. Me toca la Jiménez Díaz. Horror!!! Ese hospital que, al igual que su vecino Clínico, lleva algo así como veinte años de obras? Pero bueno, de momento no tengo intención de instalarme por mucho más de… unas muchas horas en las salas de espera.

Volviendo a mi pochez (te robo la expresión Be), esta semana fui a mi doctora a contarle que esta “tontería” de agobios y estrés no se me pasa. Y que de un tiempo a esta parte estoy cansada, cansada y cansada. Y con dolor de cabeza y atontamiento. Igual si duermo mucho, como si duermo poco. Me siento raruna raruna y con miedo a que me dé un chungo en cualquier momento.
La doctora me mandó unos análisis. Y sinceramente, el otro día iba con “la esperanza” de que me dijese que sí, que tenía el potasio alto o la bilirrubina baja o los glóbulos mezclados. Pero nada. Mi cuerpo serrano está, eso, serrano. Yo la insistí;
- Pero de verdad que está todo bien?
- De verdad, si te he mandado hasta pruebas de tiroides. Estás sana como una lechuga.
- Pero es que yo me encuentro mal!!!
- Es estrés.
- Pero si ya estoy más animada y las cosa van bien…
La pobre al ver mi insistencia y o desesperación me pesó, me midió, me tomó la tensión…
- un poquito alta. Estás nerviosa?
- Mmm… pues no sé, no?
Nos volvimos a sentar y me hizo un cuestionario tal que así;
- Comes bien?
- Más o menos, sí.
- Fumas?
- No.
- Bebes?
- Tampoco.
- Relaciones sexuales?
- … últimamente… tampoco
Creo que a estas alturas la mujer debía estar pensando que era una sosaina aburridísima.
- Deporte?
- Moderado. Bici a veces, no cojo ascensores (subo y bajo unos diez pisos todos los días), y camino mucho. (caminante no hay camino...)
- Coca cola?
- No.
- Café?
- El del desayuno que nunca me termino…
- Situaciones de estrés? De tristeza? Etc.
- Últimamente no.
A medida que preguntaba iba cambiando su cara de doctora seria y un poquito borde así de entrada, por una sospechosa cara de ternura.
Me preguntó unas cuantas cosillas más y en un momento dado mientras escribe en su teclado y con una sonrisita murmura;
- qué mona…
Y qué queréis que os diga! Seré muy mona, pero!
Oiga, tómeme en serio!

Pobrecita mía. No me entendáis mal. Me consta que la buena mujer me toma en serio y hasta me aprecia. Y tiene una paciencia infinita conmigo… que me tubo allí casi veinticico minutos! (recordar que hablo de un médico de cabecera de la SS)
Y no se ríe de mí y mis “cosas”, mis eczema por chupones de gato, mis paranoias ginecológicas, mis preguntas sobre inseminación artificial, mis bajas por golpes misteriosos que no recuerdo en la mano…

Os cuento lo de “qué mona” porque tuvo su gracia, y es cuanto menos curioso, no?

Concluyendo; nada de café y dos tisanas (mínimo) al día. Y el mes que viene le cuento.
Y os cuento…

Ayer fui también a graduarme la vista. Y nada de nada. Tengo exactamente las mismas poquitas dioptrías que hace siete años, eso sí el oculista me recomendó usar las gafas… Lo puse en práctica nada más llegar a casa.
También he vuelto a dormir en mi cama, por si es una cosa de posturas…

Así que espero irme encontrando mejor.
Porque os confesaré que ya me da tanta tontería que me da por pensar en que quizás debería haberme hecho aquel tac que me mandó el otorríno para descartar no sé que cosa. Yo no me lo hice por pánico a que me encontrasen “algo”…
- lo sé, no tengo remedio… pero tranquilos que esto fué hace tres o cuatro años y de haber tenido algo, creo que ya lo sabríamos...

Cuidaros lectoras mías que os necesito a todas por aquí. Y por allí! Y recordar, que al médico, lo justo y necesario.

Por tu culpa Be!
Buenas noches sssshhhhhhhhhh!!

1 comentario:

Be dijo...

Buenas noches, pequeña Puntito, lo he pasado superbien. ¡Y hoy he entendido por qué te dejas chuperretear por tus gatines...!